Número 517
21 de octubre de 2021
NUEVO SISTEMA DE EVALUACIÓN, NO DEBE QUEDARSE EN ENFOQUE
DE POLÍTICAS DE ANTAÑO: NORMA RONDERO
*Expertos participaron en el Foro Regional de Consulta para el Diseño del Sistema de Evaluación
y Acreditación de la Educación
*La inauguración estuvo encabezada por el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general
de la UAM
El ámbito de la educación superior es diverso en objetos susceptibles de evaluación y por ello no se debe asumir que el proceso de valoración radica en la importancia de sus indicadores, pues “ya muchas experiencias negativas hemos visto cuando hemos querido evaluar y hemos terminado contando o, dicho de otra forma, cuando hemos confundido el resultado con el indicador”, advirtió la doctora Norma Rondero López, secretaria general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Al participar en la inauguración del Foro Regional de Consulta para el Diseño del Sistema de Evaluación y Acreditación de la Educación, cuya ceremonia estuvo presidida por el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de la UAM, sostuvo que “más que por su carácter instrumental de política, el diseño del sistema de evaluación deberá poner atención, especialmente, en lo que se pretende evaluar”, mediante un ejercicio con referentes y metodologías pertinentes.
“La evaluación no tiene como único uso de sus resultados acreditar programas procesos o instituciones, pues la acreditación necesariamente implica a la evaluación” y ésta última es la principal tarea del sistema, no solo la acreditación, por lo que es necesario replantear la discusión en términos de qué orienta el proyecto del sistema de evaluación y acreditación de la educación superior, ¿la mejora continua de la enseñanza incluyendo cada uno de sus componentes? o bien, ¿la evaluación tiene como uso central otorgar acreditaciones?”, enfatizó la doctora Rondero López.
La secretaria general de la UAM propuso, como temas de reflexión, que el diseño del nuevo sistema de evaluación no debiera quedarse en el mismo enfoque de la política de antaño, porque no se puede pedir a un programa que resuelva o muestre un resultado para el cual no fue elaborado, por lo que “debemos preguntarnos qué resultados pretendemos evaluar; si el diseño, las políticas y las acciones no han cambiado, debemos modificarlas y, en ese sentido, dicho modelo tiene fortalezas muy importantes para poder valorarse a sí mismo”.
Un segundo tema de deliberación es que la evaluación es útil para la mejora, por ello importa responder ¿en función de qué objetivos posibles realizaremos la valoración de la enseñanza superior a partir de ahora?
Rondero López situó como tercer tema de análisis la necesidad de construir y llevar a cabo evaluaciones que consideren la maduración de las acciones; obtener resultados y contar con información sobre lo que sí funciona y lo que no, pero esto, si no se aplica en acciones, es condenar a la evaluación al fracaso, porque se convierte en el espejo “donde vemos los buenos resultados y nos congratulamos o vemos los malos resultados, pero no hacemos nada por modificarlos y nada es más nocivo para un proceso de mejora continua de la educación”.
Durante la apertura de Foro, convocado por el Consejo Regional del Área Metropolitana de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (CRAM-ANUIES) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, el doctor De los Reyes Heredia señaló que el objetivo de este encuentro es promover y facilitar la más amplia participación de autoridades y comunidades de las universidades públicas y particulares, en el diseño del sistema de evaluación y acreditación de la enseñanza superior.
El doctor Luciano Concheiro Bórquez, subsecretario de Educación Superior de la SEP, señaló que “estamos en una coyuntura fundante” que nos permite “reunirnos en estos foros regionales de consulta y de construcción de alternativas” para crear un sistema de evaluación y acreditación.
El balance de los foros ha sido impresionante en cuanto a la parte propositiva y esto “nos ha permitido recoger propuestas y sistematizarlas”. La evaluación puede contribuir a que maestras y maestros mejoren su trabajo y encuentren en él motivos de trascendencia y emancipación, “lejos de los planteamientos eficientistas, jerarquizantes y punitivos”.
El sentido profundo de estos encuentros es que los participantes aporten saberes, experiencias, perspectivas y capacidad crítica transformadora con plena libertad y compromiso”.
No es el propósito “negociar con la realidad que ha establecido el modelo dominante de evaluación neoliberal o con algunos de sus aspectos que producen malestar en las comunidades de las instituciones de educación superior; no estamos atados a nada”.
El también Profesor Distinguido de la UAM dijo estar consciente de los avances que hay en el tema, pero lo fundamental es que pondere la producción y circulación del conocimiento crítico, abierto y cuestionador de la realidad social, orientado a la construcción de sociedades más justas e igualitarias.
Se trata, añadió, de establecer nuevos parámetros cualitativos en la evaluación y de reconocer que los sistemas actuales “han corroído a nuestros grupos de trabajo colectivo para la investigación”.
El doctor Jaime Valls Esponda, secretario general ejecutivo de la ANUIES, señaló que la invitación a participar en los foros regionales ha sido bien recibida por las comunidades académicas, ya que en esta jornada de trabajo se han registrado poco más de 600 propuestas.
La focalización en las comunidades académicas representa una responsabilidad y también una oportunidad para hacer propuestas relevantes para el sistema de evaluación y acreditación que respondan a los nuevos tiempos de la enseñanza superior.
En plena coincidencia con lo que establece la Ley General de Educación Superior en el artículo 59, “deseamos que el sistema se caracterice por su objetividad, imparcialidad y sentido ético en los procesos de evaluación y acreditación; que su operación se base en el rigor metodológico y con apego estricto a criterios académicos en dichos procesos”, dijo Valls Esponda.
Además, que su operación tenga un compromiso explícito con el logro académico de las y los estudiantes mediante el uso de prácticas de evaluación que atienden a marcos de referencia y criterios aceptados a nivel nacional e internacional y que repare en la transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad social de todos los actores involucrados en el sistema.
La doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México, apuntó que la construcción de un auténtico sistema de evaluación y acreditación implica la interacción y el diálogo continuo entre las instancias encargadas de su diseño, instrumentación, desarrollo y revisión.
Éste no es sólo un tema de organización y gestión, explicó, sino, sobre todo, un desafío de naturaleza política, porque requiere la construcción de acuerdos entre autoridades, instituciones, organismos y comunidades académicas, así como de la adopción de principios de colaboración, operación y corresponsabilidad en el ejercicio de las tareas, además de la superación de resistencias al cambio y una actitud siempre favorable a la innovación.
En el acto inaugural participó también el doctor Ángel Díaz Barriga, profesor emérito y académico del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien señaló que después de 40 años, “lamentablemente, los programas de evaluación de la enseñanza superior del país, más allá de sus logros, han sido construidos en el marco del establecimiento de políticas económicas de corte neoliberal y en el marco de la globalización, que han dejado su huella en ellos”.
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