Tiempo en la casa No. 63 • julio-agosto 2020

10 del aire y del nivel de radiación uv. Atmósferas secas, con poca humedad, son más propicias a la propagación aérea de los virus que las atmósferas muy húmedas; bajas temperaturas del orden de 5 o C han mostrado propiciar una transmisión muy eficiente, pero temperaturas cercanas a 30 o C la aminoran o bloquean. Por último, se han encontrado diferencias en la supervivencia de los virus en la transmisión aérea para distintos tipos o cepas de influenza. (Nikitin et al. , 2014) Es claro que los virus pueden suspenderse en el aire, es claro también que, dependiendo de las condiciones ambientes, conservan su contagiosidad dentro de las gotitas exhaladas y de los núcleos del aerosol. Pero ¿cómo es que los virus que medran en las húmedas y tibias oscuridades de las vías respiratorias de una persona pueden afectar a otra? Figura 3. Estornudo con cubrebocas.

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