Tiempo en la casa No. 54 • octubre - noviembre 2018

17 obras, el Secretario (de Guerra y Marina) García Peña con acuerdo del Presidente (Madero), ordenó el desartillamiento del puerto de Salina Cruz, Oaxaca”. Voy a hacer una pausa para comentar la copia del dictamen de esta comisión. No supe encontrar en los archivos la fuente de esta información. Tampoco tengo dudas de su veracidad, porque se confirma con el testimonio de Ferrer deMendizábal. No obstante, se imponen diversas cuestiones. No se hace explícito en el dictamen la presencia de los cañones de mayor tamaño que existían en esa fecha en la batería fija de Salina Cruz; se refiere el dictamen a cañones similares que se estuvieren cons- truyendo en Francia. Ignora el dictamen la información que proporciona Porfirio Díaz en sus informes presidenciales al congreso de la Unión. También ignora la Comisión la existencia del decreto 375, posterior al que ella cita, que contradice al hacer depender la batería en un caso a la Marina de Guerra o al Departamento de Artillería, y en otro a la 9ª Zona Militar. Además, la fecha en que según Almada se forma esta Comisión, durante la presidencia de Francisco I.Madero, contradice la información que veremos que hace el historiador Taracena quien insiste en que la Comisión se formó en la presidencia de León de la Barra, antes que la de Madero. Por otra parte se presenta la cuestión de si existió o no la exigencia del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica para el desartillamiento de Salina Cruz, lo cual discutiremos en lo que sigue. No obstante podemos observar que la Comisión considera que México adquirió un compromiso internacional por haber hecho público el proyecto de fortificar a Salina Cruz. El desartillamiento de Salina Cruz En febrero de 1914 se lleva a cabo el golpe de estado militar que llevaron a cabo los generales porfiristas Bernardo Reyes, Gregorio Ruiz, Félix Díaz, Manuel Mondra- gón, Victoriano Huerta y Aureliano Blanquet; donde mueren los dos primeros, y que culmina con la muerte del Presidente Francisco I. Madero, y con la toma del poder de los otros cuatro, y la toma de los dos últimos, tres meses después. Pocas semanas antes de este golpe de estado, y como justificación del mismo, se desató un ataque escrito en la prensa y verbal en el senado y en banquetes públicos contra el Presidente Madero. Uno de los puntos de ataque principales fue el desar- tillamiento de Salina Cruz. Dice Taracena en su diario del 4 de diciembre de 1913: Anoche salió de Salina Cruz hacia ésta el general José María Servín, cumplida la co- misión de desmontar los cañones viejos de ese puerto. Este asunto ha hecho escribir a don Querido Moheno y a otros reaccionarios que el desartillamiento de Salina Cruz es un crimen o una locura y hasta una traición a la Patria. Pero la verdad es que desde el

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