Tiempo en la casa No. 54 • octubre - noviembre 2018

16 1º No estando el erario con los créditos suficientes para organizar la defensa de las cosas según las exigencias anotadas, se mandan suspender las obras de Salina Cruz, por no ser conveniente fortificar un solo punto. 2º Con respecto a los cañones de 240 mm que el supremo gobierno está pagando a la fábrica de Francia, se sirva la superioridad acordar que dichas piezas de fuego se dejen a la fábrica constructora mediante arreglo que sea más favorable para nuestro gobierno, para que sean vendidas a otra nación o lo que sea más conveniente. 3º Que se desmonten los cuatro cañones de 120 mm sistema Canet que ya se encuentran instalados en Salina Cruz, los cuales fueron desechados por el Departa- mento de Marina y pertenecieron al Buque Escuela “Zaragoza” y que se destruyan por inútiles. 4º Que ya sea por vía diplomática o por la prensa mexicana y con el fin de salir del compromiso internacional en que nos encontramos por haberse hecho público el proyecto de fortificación de que se trata, se declara el puerto de Salina Cruz no posición estratégica ni puerto militar fortificable, ni aun de saludos, sino esencialmente puerto comercial. 5º Que se derogue el acuerdo de 20 de diciembre de 1907 que dispuso que la Sección de Artillería de Marina establecida en Salina Cruz quedara bajo la inmediata dirección del Departamento de Artillería, con todos los elementos que la constituían y que todas las obras y defensas que en lo sucesivo se realizaran en el litoral de nuestras costas, quedara bajo la dirección y cargo del Cuerpo de Artillería, porque el referido acuerdo es contrario a las leyes y circulares vigentes en el Ejercito que establecen que la defensa de las costas compete a la Marina de Guerra. México, 14 de febrero de 1912. Presidente, brigadier Adolfo Iberri . Primer Vocal, comodoro de la Armada Manuel E. Izaguirre. Segundo Vocal, Corl. De Ingenieros Juan G. Morelos . Secretario, Corl. de Artillería Tomás Peña . El historiador Francisco R. Almada concluye: “Sin embargo de todo lo expuesto, los enemigos gratuitos del Presidente Madero lo inculparon de haber mandado desartillar el puerto de Salina Cruz por una exigencia del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica”. 35 Gabriel Ferrer de Mendizábal 36 ratifica: “…en cambio, previo un dictamen formulado por antiguos y competentes Jefes del Ejército Federal, Grales. Manuel Izaguirre, Jefe del Departamento de Marina y Adolfo Iberri, Jefe del departamento de Artillería, y Corls. A.Morelos, Jefe del Departamento de Ingenieros y Tomas Peña, Secretario de la Comisión, que calificaba de inútiles, ridículas, costosas y absurdas las 35 Francisco R. Almada, La Revolución en el Estado de Chihuahua , p. 133. 36 Gabriel Ferrer de Mendizábal, Historia de la Revolución Mexicana . México. El Nacional. 1956. Biblioteca Martín Luis Guzmán.

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