Tiempo en la casa No. 47-48. Diciembre 2017 - enero 2018

29 —su caja—, / la paseo entre las rosas, / la mimo, como a una hija, / una hermana, o una novia, / la miro infinitamente, / ...y la guardo, otra vez, sola”. 60 1950: el cuarto y último viaje Finalmente, del 5 al 22 de septiembre de 1950, cuando sintió que no debía aplazar más una deuda personal, Kazantzakis realizó un doble sueño: Un último peregrinaje con duración de quince días a España: Barcelona, Tarragona, Vitoria, San Sebastián, Valencia, Alicante, Granada, Córdoba,Madrid, Burgos y, sobre todo, Toledo, en auto, en compañía de su mujer Eleni y dos amigas, para despedirse del país de su corazón y de su abuelo espiritual El Greco. Addenda México En noviembre de 1945, el primer ministro de Grecia, Themistoklís Sofoulis, pro- puso a Kazantzakis apoyar a su gobierno comoministro sin cartera, con el fin de poder enviarlo a Estados Unidos, Inglaterra y México, a pedir ayuda para la reconstrucción de su país. El escritor trabajó febrilmente para preparar los expedientes necesarios. El ambiente le era hostil. Kazantzakis era conocido por sus ideas de izquierda, además era presidente honorario de los socialistas griegos, en tiempos de rabiosa persecución a los comunistas. El gobierno griego estaba totalmente sometido a los designos de Inglaterra que, en el caso de Grecia, simplemente había sustituido a los ocupantes alemanes; supervisaban las finanzas, la administración y la defensa y aseguraban los suministros básicos. Kazantzakis no soportó el servilismo del gobierno y renunció el 20 de enero de 1946. Pero el interés por Estados Unidos y México había calado. En junio de ese año fue invitado a Inglaterra por el Consejo Británico, con el fin de que pudiera entrar en contacto con los representantes de las artes y las letras y para tratar con ellos la situación de la cultura en la postguerra. Kazantzakis propuso la creación de una Internacional del Intelecto, además hizo declaraciones sobre la situación en Chipre. En septiembre participó en el plebiscito sobre el futu- ro de la monarquía en Grecia, a la que se opuso, aunque los resultados amañados favorecieron el restablecimiento de ésta. El Plebiscito en Grecia se hizo conforme a los métodos conocidos. Los señores del Con- sejo Británico se molestaron porque su invitado votó telegráficamente por la República. —Nos había prometido que no se mezclaría en política mientras estuviera en Inglaterra... —No recuerdo —contestó Nikos extrañado— haber renunciado a mis derechos 60 “Epílogo”, en: Kathimeriní , 17 de enero de 1937.

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