Tiempo en la casa No. 47-48. Diciembre 2017 - enero 2018

19 llano atrapado en mitad del fragor. Kazantzakis además fue, en su calidad de pe- riodista, uno de los últimos en realizar, el 21 de octubre, una entrevista con Miguel de Unamuno. 39 Sólo el deseo de ver de cerca esa nueva herida en la cáscara de la Tierra y de poder contar de manera responsable a sus contemporáneos lo que estaba sucediendo en ese rincón de Europa lo decidieron a abandonar su aislamiento en Egina. Igual que había hecho anteriormente, apenas concluyó con los artículos perio- dísticos retomó Viajando: España , que continuaba inédita, y añadió una sección más, a la que tituló en español ¡Viva la Muerte! La espeluznante consigna del fundador del Tercio, José Millán Astray, mano derecha del golpista Franco, que se encontraba en boca de los militares alzados, da la tónica y resume el pulso del contenido de esta nueva sección, tan diferente en todos los aspectos al libro de viaje que conforma la primera parte del tomo. ¡Viva la Muerte! La editorial “Pyrsós” [Antorcha] publicó en 1937 Viajando: España-¡Viva la Muerte! en su forma definitiva, que incluyó además “Don Quijote”, uno de los poemas en tercetos con asunto español escritos por Kazantzakis, que sirvió como puente entre las dos unidades del libro. De esta manera, debido a una dramática jugarreta del destino o a un inexorable encadenamiento de hechos, la frase con la que Kazantzakis había dado comienzo a su descripción del país ibérico ya desde 1926 —”El rostro de España es doble [...]”— sirvió para destacarlo como observador acertado y como indiscutible testigo de la España escindida. En el prólogo de esta nueva trágica sección de su relato español, Kazantzakis advierte: “La guerra española en su sentido más profundo no es civil, es interna- cional”. Y continúa: “Por esto es grande la responsabilidad de quien se dirige ahora a España y decide transmitir a los hombres la terrible tragedia. No se trata ya de describir ahora de forma segura e irresponsable trajes, lugares, ni jardines ni viejas iglesias ni bellezas, ni siquiera espectáculos exóticos —gitanas de Sevilla, bailadoras, castañuelas, corridas de toros…. El viajero actual no ve ninguna de estas cosas; todo ha desaparecido. Contempla otros espectáculos. Ahora su testimonio es responsable, 39 Philip Metzidakis, La Grecia moderna de Unamuno , Ediciones de la Torre, Madrid, 1989. Estudio indispensable para conocer la particular relación de Unamuno con Grecia. Metzidakis incluye en los Apéndices su traducción del francés de la carta que dirigió Kazantakis a Unamuno el 20 de octubre de 1936, mientras se hospedaba en el Gran Hotel en Salamanca, solicitando: “Sus admiradores griegos esperan angustiados oír su voz, voz que les oriente, en estos terribles momentos por los que pasan hoy España y la humanidad.” Cf. p. 120.

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